¿Cuantas veces te ha pasado que llegas a bucear, consultas el logbook para ver cuantos kilos de plomo usaste en la última inmersión, te pones mas o menos los mismos y cuando haces el chequeo de flotabilidad te sobran o faltan varios kilos?
Y es que aparte de los nervios de la primera inmersión y que hayas ganado o perdido algo de peso desde entonces, hay un montón de factores que tienen que ver con el equipo de buceo y el entorno que influyen en la cantidad de plomo que te tienes que poner para bucear. Aquí te contamos algunos de ellos para que en tu próxima inmersión puedas calcular el plomo que necesitas de la forma mas aproximada.
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Seguro que has oído hablar mil veces de lo importante que es hacer el chequeo de flotabilidad casi en cada inmersión. Que si llevas el plomo adecuado vas a ir mas cómodo, que si vas a reducir el consumo, que si te vas a cansar menos… Y eso está muy bien pero… ¿cómo se hace exactamente el chequeo de flotabilidad y para qué sirve?
Tu objetivo con respecto al plomo es llevar la menor cantidad posible que te permita hacer la inmersión cómodo sin tener que aletear para evitar irte para arriba.
¿Por qué la mínima cantidad posible? Piénsalo bien, ¿qué prefieres cargar hasta el agua 6 o 10 kilos? Vale, vale, que fuera del agua pesan mucho y cuanto menos mejor… Bueno, pues dentro del agua aunque a veces no nos demos cuenta (sobre todo si estamos acostumbrados a bucear sobrelastrados), pasa exactamente lo mismo.
Aunque puedes ajustar la flotabilidad con el jacket para evitar ir arando el fondo, si te sobran 4 kilos vas a tener que arrastrar un peso mayor, vas a tener que hinchar mas el jacket y tu volumen va a aumentar, así que te va a costar mas esfuerzo moverte bajo el agua, te vas a cansar mas, va a aumentar tu consumo de aire… y vas a ir menos cómodo.
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Hace un tiempo os contábamos algunas cosas que cambian en tu vida cuando empiezas a bucear y hoy volvemos a la carga con algunas mas.
Y es que a la mayoría de los afortunados que nos hemos enamorado del buceo, a algunos mas y a algunos menos, pero a casi todos de una forma u otra, el buceo nos ha cambiado la vida. ¿O a ti no te han pasado alguna de estas cosas?
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Como todos ya sabéis, para la práctica del buceo deportivo en nuestro país es necesario «encontrarse en posesión de un Seguro de accidentes y de responsabilidad civil, que pueda cubrir cualquier tipo de incidente que pueda producirse durante el desarrollo de la actividad«, según establece el artículo 24, Capítulo III de la ORDEN de 14 de octubre de 1997 por la que se aprueban las normas de seguridad para el ejercicio de actividades subacuáticas. Aparte de por cumplir con la legislación vigente, también es interesante contar con un seguro que nos dé respuesta y asistencia en caso de sufrir algún percance durante la realización de nuestras inmersiones.
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Si estás empezando a interesarte por el sistema de montaje lateral o sidemount vas a encontrar que existen una gran cantidad de alas, arneses y sistemas bastante distintos entre si, y que a grandes rasgos podemos clasificar en dos tipos: sistema sidemount minimalista y sistema sidemount todo en uno.
Cada sistema tiene sus ventajas y en este artículo voy a intentar explicarte cuales son y a partir de ahí, cual puede ser el sistema que mejor se adapte a tu buceo.
La decisión del equipo que vamos a usar o comprar no es algo que debamos tomar a la ligera.
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Alguna vez casi todos después de llevar un tiempo buceando nos hemos planteado ir más profundo, no es la profundidad en sí, es cuestión de ir un poco más allá, ir más lejos. Nos pasa continuamente, queremos ir más rápido, llegar más alto, etc.
Lo que nos impulsa a hacer esto no es un defecto, es una virtud que poseemos los humanos. No debemos permitir que nos quiten el instinto de avanzar, de explorar lo desconocido, porque es la esencia misma de la evolución.
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No todo el que prueba el buceo se enamora perdidamente. Sin embargo, si eres uno de los afortunados que encuentra liberación, paz, y (paradójicamente) emoción en el buceo, probablemente hayas adquirido alguno de los hábitos y comportamientos listados a continuación. Puede que no te pasen todas estas cosas, pero si te apasiona el buceo ¡seguro que algunas si!
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Llegas todo ilusionado al curso Open Water Diver… El instructor de buceo te mete en el agua, te tortura obligándote a hacer todos los ejercicios que debes dominar, te llena la cabeza con toda la información que debes saber (a presión, que no hay mucho tiempo), y pocos días y varios exámenes mas tarde… tachán, te echa del centro de buceo dándote una palmadita en la espalda y diciendo: «Hala chaval ¡qué ya eres buzo! ¡Enhorabuena!»
Después de la sorpresa inicial (y es que, reconócelo, hubo algún momento en que dudaste que fueras a conseguir aprobar el curso), la idea cala en tu cabeza y: «¡Yuhuuu! ¡Que ya soy buzo!». Así que te vuelves a casa conduciendo los 400 km de vuelta, inundas tu facebook con las fotos del curso (mucho mas si durante el curso te hicieron alguna foto bajo el agua) y durante los próximos meses te dedicas a dar la vara a todos tus amigos: «Chicos, tenéis que probarlo, ¡es una pasada! No te imaginas la sensación de estar debajo del agua…. ¡flotas! ¡como si estuvieras en el espacio! (esto solo lo dices si el control de la flotabilidad se te ha dado especialmente bien), y hay unas criaturas espectaculares en el fondo (ahí estás pensando en los nudibránquios), y una paz, y ¡unos bichos super chulos!… ¡Hasta tenemos nuestro lenguaje secreto! (aqui es donde haces el ok de buceador y te miran todos raro) ¡Tienes que probarlo! ¡En este centro de buceo (en el que lo has hecho tu, claro)! ¡Qué es el mejor!»
Y de repente, una vez que se pasa la emoción inicial, te preguntas: «¿Y ahora qué hago?»
Así que aqui van unos consejos para que no te sientas perdido sobre los siguientes pasos para seguir buceando.
Artículo original: Acabo de terminar mi curso de buceo ¿Y ahora qué hago? escrito por Buceo Ibérico
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Estás acabando de equiparte en la embarcación, un poco agobiado porque no encuentras una aleta, la cinta del jacket se empeña en enredarse con el ordenador de buceo y todos los demás están acabando ya de equiparse y te vas a quedar el último, cuando el patrón grita: «Chicos, acordáos, ¡una hora máximo!».
Durante 3 segundos te quedas mirándole con cara de incredulidad mientras piensas: «¿Una hora? ¡Si consigo aguantar 40 minutos ya me puedo dar con un canto en los dientes!»
Y luego, efectivamente, te toca esperar 20 minutos hasta que los últimos salen del agua.
Si te has sentido identificado con esta pequeña anécdota, aqui tienes algunos consejos para conseguir reducir tu consumo que te pueden ayudar a alargar tus inmersiones.
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No importa lo buena y lo carísima que sea la máscara de buceo o lo bien que te conjunte con el color de tus ojos. Si la máscara de buceo no te sella bien te vas a pasar toda la inmersión super incómodo con un hilillo de agua entrándote por la ceja o por el faldón.
La parte positiva es que te volverás todo un experto en el ejercicio de vaciar la máscara. Pero créeme, no merece la pena. Es realmente incómodo y te va a fastidiar la inmersión.
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