Aguamala o acéfalo azul
El Acéfalo azul es una medusa, Rhizostoma pulmo, quizá la más abundante y la mas inofensiva de las que pueblan la costa Mediterránea. En la fase adulta, su tamaño oscila entre 15 y 40 cm. de diámetro, aunque puede alcanzar los 90 cm de diámetro si las condiciones de temperatura son las idóneas.
Lo que permite identificar al acéfalo azul es la umbrela, la parte más amplia de su cuerpo, que es de color azul violáceo claro, con una banda de color violeta más intenso en el borde. Posee 8 brazos largos terminados en maza, de color blanco y no presenta hilos urticantes.
Aparece en primavera, cerca de las costas, cuando empieza a subir la temperatura del mar, y se la puede ver hasta noviembre.
Pertenece a la clase escifozoos, cuyo ciclo de reproducción mostramos a la derecha. Después de la puesta, los huevos nadan libres hasta convertirse en una larva plánula que se fija al substrato (puntos 1 al 4), para sufrir una metamorfosis que lo convertirá en una forma de pólipo llamada escifistoma (puntos 4 a 8). Este proceso se produce durante los meses de invierno. El escifistoma anclado al sustrato, generará poco a poco pequeñas medusas jóvenes, llamadas éfiras (puntos 9 a 11) que irán soltándose del pólipo y quedando a merced de las corrientes y mareas. Estas pequeñas medusas en unos meses alcanzaran la madurez sexual y volverán a comenzar el ciclo (puntos 12 a 14)
Debido a su gran tamaño, a veces son arrastradas por las mareas a las playas, donde se quedan varadas en la arena. Normalmente, esta situación no supone la muerte de la medusa, ya que cuando vuelva a cambiar la marea, podrá volver al mar por sus propios medios, aunque generalmente la acción del hombre provoca su muerte en la arena. Ayudarlas a volver al mar o, simplemente, dejarlas donde están, es la mejor forma de comportarse con ellas y con la evolución de la naturaleza.
También la acción del hombre provoca la muerte masiva de estos animales al quedar atrapadas en las redes que protegen las playas, o delimitan las zonas de baño.
Como curiosidad, en el Mar menor se da el ciclo completo de esta especie, sin tener que viajar entre mares. En los años de mayor abundancia la cifra de estos animales llegó a alcanzar los 3,5 millones de individuos. Sin embargo, por motivos aún desconocidos, en el año 2005 estuvo ausente, pero a partir del año 2006 ha empezado a recuperarse, aunque en cantidades pequeñas, unos 25 mil ejemplares.
Y otra curiosidad más, a este pobre buzo le estuvieron dando collejas los acéfalo azul mientras estaba haciendo las fotos, durante toda la inmersión, en cuanto me despistaba un poco. Me fijaba en una, y venían 2 o 3 por detrás a impactar principalmente con la cabeza, como diciendo que querían salir en la foto también.
Pingback: Buceo en el Mar Menor | Buceo Ibérico