Nudibranquios: el sexo más productivo

La primera vez que vemos un nudibránquio la sensación suele ser de emoción, sorpresa, maravilla e incluso una mezcla de todo ello.

Acostumbrados a la vida terrestre, cuando nos encontramos bajo el agua con un animalillo tan espectacular, tan diferente y tan colorido, no podemos evitar recordarlo como un momento mágico de la inmersión.

Los nudibránquios parecen el invento entrañable de un guionista de Hollywood o un personaje bonachón de un comic lleno de color, pero son reales. Existen y todos nosotros gozamos del privilegio de saberlo de primera mano.

Los nudibránquios son animales más bien solitarios, generalmente escasos, difíciles de ver y de movimientos tremendamente lentos. Si unimos estas características, rápidamente nos daremos cuenta de que la vida les plantea una dificultad para su supervivencia: encontrar pareja no es una tarea sencilla.

Pero a cambio, la naturaleza les ha compensado con una actividad sexual muy productiva: en cada cópula, ambos ejemplares actuan al tiempo de macho y de hembra de forma que los dos fecundan y los dos quedan fecundados.

Fijaros en el tubito azul que une a nuestros dos Nembrotha megalocera. Sí, ambos se están fecundando al mismo tiempo.

¿Os lo imagináis en los animales terrestres? ¿Un león y una leona embarazados y paseando por la sabana agarrados del brazo? ¿Papá y mamá con una barriguilla de 8 meses sentados en el banco del parque y haciendo unos patucos de lana para sus respectivos retoños?

Definitivamente, los amantes del mar y del buceo somos unos privilegiados por tener acceso a estas maravillas ¿No estáis de acuerdo?