El Sargo, compañero mediterráneo

Uno de los primeros peces que descubrimos en nuestras inmersiones iniciales, generalmente en el Mar Mediterráneo, es el Sargo común, o Diplodus sargus. Su nombre científico se debe a su peculiar dentición, del griego diplos y odous, palabras que significan doble y diente. Y es que el sargo posee tanto incisivos como molares y es uno de los pocos peces que tienen esta distribución dental.

Esto les permite tener una alimentación muy variada, tanto de algas y plantas como de otros animales generalmente a salvo de depredadores como cangrejos ermitaños, conchas e incluso erizos. El sargo con sus molares tritura sus defensas naturales.

Como ya sabemos, se encuentra principalmente en el Mediterráneo, aunque también lo podemos encontrar en el litoral occidental del continente africano. Incluso algunos especímenes curiosos, emulando a Vasco de Gama, han superado el cabo de Buena Esperanza y han sido hallados cerca de las costas de Omán y litorales del Índico.

El Sargo es un pez que habita en los litorales, y aunque se le puede encontrar hasta a profundidades de 50 metros, generalmente lo vamos a ver en los primeros 10-15 metros. De carácter curioso y confiado, se suele aproximar bastante a los buceadores. Esta característica, junto a que su carne es apta para el consumo, lo ha hecho objetivo de pescadores tanto de superficie como submarinos.

Debido a la sobreexplotación los sargos se han trasladado desde su hábitat natural, la zona de rompiente, a zonas más profundas.

Todos los sargos nacen machos, y al llegar a cierta edad y tamaño se transforman en hembras. Como hembras continúan creciendo hasta alcanzar los 30-35 cm, aunque se han encontrado especímenes de hasta medio metro de longitud.

Como curiosidad, mencionar que ha habido 2 submarinos estadounidenses con el nombre Sargo, el USS Sargo (SS-188) que participó en la segunda guerra mundial, y el USS Sargo (SSN-583) submarino nuclear que estuvo en activo desde 1957 hasta 1988.